El objetivo de estos símbolos es identificar los alérgenos de los alimentos. Los alérgenos alimentarios son compuestos que pueden encontrarse en los alimentos y pueden dañar la salud de las personas sensibles a ellos. Son sustancias que en un principio son inocuas, pero que provocan una reacción exacerbada del sistema inmunológico en algunas personas. Consumir accidentalmente alimentos que contengan estos compuestos puede acarrear alergias e intolerancias con distinta gravedad hasta el punto de comprometer la vida en algunos casos.
Contenidos
Cereales que contengan gluten
Ejemplos: Trigo, centeno, cebada, avena, kamut, espelta, kamut o sus variedades híbridas y productos derivados. En este punto quedan excluidos los jarabes de glucosa a base de trigo, incluida la dextrosa; las maltodextrinas a base de trigo; los jarabes de glucosa a base de cebada; y los cereales que se utilizan para hacer destilados alcohólicos, incluido el alcohol etílico de origen agrícola.

Crustáceos y productos a base de crustáceos
Ejemplos: langostinos, centollos, gambas, carabineros,…incluso los alimentos que los contengan como trazas.

Huevos y productos a base de huevo
Ejemplos: Los productos que pueden contener huevo, incluso en trazas, como algunas masas o bebidas.

Pescado y productos a base de pescado
Ejemplos: Gelatina de pescado utilizada como soporte de vitaminas o preparados de carotenoides y gelatina de pescado o ictiocola utilizada como clarificante en la cerveza y el vino.

Cacahuetes y productos a base de cacahuetes
Ejemplos: Todos los productos que puedan contener cacahuetes o sus trazas.

Soja y productos a base de soja
Ejemplos: no habrá que informar si contienen aceite y grasa de semilla de soja totalmente refinados; tocoferoles naturales mezclados (E306), d-alfa tocoferol natural, acetato de d-alfa tocoferol natural y succinato de d-alfa tocoferol natural derivados de la soja; fitosteroles y ésteres de fitosterol derivados de aceites vegetales de soja; o ésteres de fitostanol derivados de fitosteroles de aceite de semilla de soja.

Leche y sus derivados (incluida la lactosa)
Ejemplos: Este punto incluye la lactosa, pero no el lactosuero utilizado para hacer destilados alcohólicos, ni el lactitol. La leche sin lactosa puede ser también considerada dentro del listado.

Frutos de cáscara y productos derivados
Ejemplos: Almendras, avellanas, nueces, anacardos, pacanas, nueces de Brasil, alfóncigos, nueces macadamia o nueces de Australia y productos derivados.

Apio y productos derivados
Ejemplos: Todos los productos que puedan contener apio o trazas de apio.

Mostaza y productos derivados
Ejemplos: Todos los productos que puedan contener mostaza, sus derivados o trazas de mostaza.

Granos de sésamo y productos a base de granos de sésamo
Ejemplos: Todos los productos que puedan contener sésamo o trazas de sésamo.

Dióxido de azufre y sulfitos
Ejemplos: En concentraciones superiores a 10 mg/kg o 10 mg/litro en términos de SO2 total, para los productos listos para el consumo o reconstituidos conforme a las instrucciones del fabricante.

Altramuces y productos a base de altramuces
Ejemplos: Todos los productos que puedan contener altramuces o trazas de altramuces.

Moluscos y productos a base de moluscos
Ejemplos: berberechos, almejas, navajas…Productos que puedan contener moluscos o trazas de moluscos.

Diferencia entre alergia e intolerancia
La alergia alimentaria y la intolerancia alimentaria a determinados productos son términos diferentes que se suelen confundir debido a que ambos se corresponden con una alteración en el cuerpo de la persona que lo sufre. Los síntomas pueden ser parecidos, pero en el caso de la alergia son generalmente más peligrosos debidos a los posibles riesgos instantáneos graves. Las reacciones alérgicas ponen en juego la vida de las personas que lo consumen.
Las alergias se dan instantáneamente en los casos en los que el sistema inmune de la persona reacciona de forma anómala tras el consumo de un determinado alimento. Las intolerancias alimentarias, por el otro lado, suele tardar más tiempo en manifestarse, porque el sistema inmunológico no está implicado.
Desde el 13 de diciembre de 2014, el Reglamento de la Unión Europea 1169/2011, en su artículo 44, obliga a quienes venden o sirven comidas, a informar de los alimentos preparados con alérgenos, para que cualquier consumidor sepa qué puede comer o qué no puede comer, en igualdad de condiciones que otro y sin tener que identificarse ni pedir trato especial.